Siendo honestos, en España hemos evolucionado mucho en cómo vemos las relaciones, y estos rincones de la Costa del Sol se han convertido en un imán para quienes buscan conexiones con un toque de elegancia y generosidad. No es solo cuestión de yates y boutiques; hay una cultura detrás, esa mezcla de pasión sureña y cosmopolitismo que hace que todo fluya de forma natural. Y mira que en Sevilla sabemos de pasiones, con nuestra Feria de Abril que transforma la ciudad en un torbellino de alegría y encuentros inesperados.

El glamour cotidiano de Marbella: más que coches de lujo
Marbella, con sus playas interminables y ese aire de exclusividad que se respira en cada esquina, es como un imán para el sugar dating. Imagina pasear por la Milla de Oro, con sus tiendas de diseño y cafeterías donde el café se sirve con vistas al mar Mediterráneo. Aquí, las relaciones sugar no son algo oculto o tabú; forman parte de ese estilo de vida donde la generosidad y la compañía van de la mano.
Por otro lado, el caso es que en Andalucía valoramos mucho el disfrutar del momento. Como esas tardes de chiringuito en la playa de Cabopino, donde una conversación puede extenderse hasta que el sol se pone y los camareros empiezan a poner las mesas para la cena. No es raro ver parejas que han conectado a través de este mundo, compartiendo una paella fresca o un atardecer en las dunas de Artola.
Ojo, que no todo es ostentación. Hay una calidez sureña que hace que estas dinámicas se sientan auténticas, lejos de los estereotipos fríos que a veces se pintan. El barrio de la Fontanilla, por ejemplo, mantiene ese encanto del Marbella original, con sus casas encaladas y calles estrechas donde puedes tomar un café sin tanta parafernalia. O el casco antiguo, con la Plaza de los Naranjos—ahí se respira otra historia, más humana, más real.
Total, que Marbella invita a eso: a disfrutar sin prisas.

Ahora bien, si piensas en la diversidad regional, compara esto con el norte. Digamos con San Sebastián, donde el sugar dating podría ser más discreto, envuelto en esa elegancia vasca de pintxos en el Parte Vieja y paseos por La Concha. O Bilbao, con sus encuentros en el Guggenheim y cenas en Zortziko. Pero en Marbella, el sur impone su ritmo: más abierto, con esa hospitalidad que te hace sentir en casa desde el primer saludo con beso en las dos mejillas.
Es que, en el fondo, el lujo aquí no es solo material; es esa capacidad de conectar en una sobremesa larga, hablando de todo y de nada, mientras el tiempo se estira como las noches de verano en la Costa del Sol. Te quedas charlando hasta las tantas y cuando miras el reloj son las dos de la madrugada—y encima tienes que volver conduciendo a Málaga o Fuengirola.
En fin, es un escenario perfecto para explorar estas relaciones con clase. Piensa en las escapadas a Ronda, con sus vistas impresionantes del Tajo y esa historia que impregna el aire—un plan ideal para una cita sugar que combine aventura y refinamiento. O a Ojén, ese pueblo serrano a quince minutos de la costa donde puedes comer cordero al horno en un restaurante familiar. Además de esto, la proximidad a Málaga añade un toque cultural, con su Picasso, sus museos y esa Semana Santa que llena las calles de procesiones emotivas.
Sin embargo, en Marbella, el enfoque está en el presente: disfrutar de un vermut en una terraza del casco antiguo, donde las conversaciones fluyen con esa cercanía andaluza que no se encuentra en todas partes. Hombre, que yo he vivido alguna que otra tarde así, y te aseguro que marca la diferencia. Fíjate tú.
Puerto Banús: el epicentro del jet set mediterráneo
Puerto Banús, vaya, ese puerto deportivo que parece sacado de una postal de lujo extremo. Con yates amarrados que cuestan fortunas y boutiques de marcas internacionales alineadas como en una pasarela, es el lugar donde el sugar dating brilla con luz propia. Mira, aquí las noches empiezan tarde, como es costumbre en España—cenar a las diez no es raro, y menos en un sitio donde el ambiente se calienta con música en vivo y copas en terrazas con vistas al mar.

Es decir, para quienes buscan una conexión sugar, Puerto Banús ofrece ese marco ideal: discreto pero vibrante, donde la generosidad se manifiesta en experiencias compartidas, como un crucero al atardecer o una cena en uno de esos restaurantes que miran al Mediterráneo. El Astral, por ejemplo, o el Cipriani. Sitios donde la cuenta puede ser considerable, pero donde la calidad está garantizada—y donde nadie te va a mirar mal por pedir la segunda botella de champán.
O sea, puro encanto.
Dicho esto, no olvidemos las diferencias regionales. Mientras en Barcelona, en el Port Olímpic o la Marina de Barcelona, el sugar dating podría tener un aire más cosmopolita y diseñado, en Puerto Banús predomina esa pasión andaluza, con un toque de carnaval gaditano en su alegría desbordante. Tengo que reconocer que el lugar invita a la discreción, porque en España, con ese «qué dirán» tan nuestro—especialmente en pueblos cercanos como Estepona o Benahavís, donde todos se conocen—, uno aprende a navegar estas aguas con elegancia.
Por cierto, las fiestas locales, como las de San Pedro Alcántara (el patrón en junio) o la Feria de Marbella en las noches de junio, añaden un matiz cultural: ferias con casetas, música y baile que pueden ser el pretexto perfecto para un encuentro sugar lleno de autenticidad. Imagina llevar a tu sugar baby a una caseta privada, con rebujito en mano y sevillanas de fondo. Es algo muy nuestro, muy español, que pocas experiencias pueden igualar.
Al mismo tiempo, el lujo en Puerto Banús no es solo para mostrar; es para vivirlo. Imagina un fin de semana largo—esos puentes que tanto nos gustan en España, como el de la Constitución en diciembre o el del Pilar en octubre—paseando por el muelle, charlando sobre sueños y planes, con el sonido de las olas de fondo y los Ferrari pasando cada cinco minutos.

Curioso cuanto menos, cómo este rincón de Málaga ha evolucionado de ser un simple puerto a un símbolo de opulencia, atrayendo a gente de todo el mundo que busca relaciones con un plus de sofisticación. Vamos, que si estás en el mundo del sugar dating, ignorar Puerto Banús sería un error; es como obviar la Alhambra en Granada, un icono que define la esencia sureña.
Eso sí, con moderación. Porque una cosa es disfrutar y otra es caer en lo hortera—que en España tenemos bastante sensibilidad para detectar cuándo algo se pasa de rosca.
Clima privilegiado todo el año
La Costa del Sol presume de más de 300 días de sol al año, lo que convierte a Marbella y Puerto Banús en destinos perfectos para el sugar dating en cualquier temporada. Mientras en Madrid o Barcelona el invierno puede ser gris y frío, aquí puedes disfrutar de terrazas al aire libre en pleno febrero, con temperaturas que rondan los 18 grados. Esto permite planificar citas espontáneas sin depender tanto del clima—un paseo por el paseo marítimo de San Pedro, un almuerzo en La Pesquera de Elviria, o simplemente sentarse a tomar algo viendo el Mediterráneo. El buen tiempo constante facilita esa conexión natural que caracteriza las mejores relaciones sugar.
Ambiente internacional y cosmopolita
A diferencia de otras zonas de España más locales, Marbella y Puerto Banús son verdaderos hubs internacionales donde conviven españoles con británicos, árabes, rusos, suecos y americanos. Este carácter cosmopolita hace que el sugar dating fluya con más naturalidad, sin tantos prejuicios o miradas de recelo. En restaurantes como Nobu o Cipriani puedes escuchar conversaciones en cinco idiomas distintos, y nadie se sorprende al ver parejas con diferencias de edad evidentes. Esta diversidad cultural facilita la discreción y la aceptación, creando un entorno donde las relaciones sugar pueden desarrollarse sin el «qué dirán» tan típico de ciudades más conservadoras del interior español.
Experiencias de lujo accesibles
Aunque Puerto Banús tiene fama de carísimo, la realidad es que ofrece experiencias de lujo a diferentes niveles. Sí, puedes cenar en Cipriani y gastarte un ojo de la cara, pero también puedes disfrutar de un tardeo en La Sala Puerto Banús con vistas al puerto sin arruinarte, o tomar algo en el Ocean Club Marbella durante una tarde de playa. Esta versatilidad permite que el sugar dating en la zona sea accesible para diferentes perfiles, desde empresarios consolidados hasta profesionales exitosos que buscan experiencias especiales sin necesidad de ser millonarios. El lujo aquí no es solo cuestión de precio, sino de actitud y de saber elegir los momentos adecuados.
¿Cómo navegar el sugar dating en Marbella con autenticidad?
Siendo honestos, el sugar dating en estos destinos requiere un poco de savoir-faire español. En Marbella y Puerto Banús, la clave está en esa mezcla de pasión y respeto que define nuestra cultura. Por ejemplo, en Andalucía, las comidas son sagradas—piensa en un almuerzo de domingo con pescaíto frito en un chiringuito de Pedregalejo, en Málaga, donde la conversación se alarga naturalmente y nadie tiene prisa por levantarse de la mesa.

Es que, en el fondo, estas relaciones prosperan cuando hay una conexión real, no solo superficial. No se trata de fingir, sino de encontrar a alguien con quien realmente disfrutes pasar el tiempo—alguien con quien puedas hablar de vinos de Ronda, de la última exposición del Thyssen en Málaga, o simplemente de cómo estuvo el partido del Málaga CF (que ya sabemos que sufren más que gozan, los pobres).
Ojo con las redes sociales, por cierto. En España, con amigos comunes y esa red familiar tan apretada, la discreción es oro, especialmente si vienes de un pueblo como Antequera o Coín, donde las noticias vuelan más rápido que el AVE. Subir una foto etiquetando a tu pareja sugar en La Sala puede tener consecuencias inesperadas—desde comentarios de tu prima en el grupo de WhatsApp familiar hasta preguntas incómodas en la próxima comida de domingo.
Total que, hay que andarse con tiento.
Por otro lado, ampliemos la vista: compara con el Levante, como en Valencia con su Marina, donde el sugar dating podría girar alrededor de las Fallas en marzo y esa energía mediterránea explosiva, o en Alicante con su Explanada y ese ambiente más relajado. Pero en la Costa del Sol, el enfoque es diferente: más relajado, con escapadas a la sierra de Mijas donde puedes perderte en pueblecitos blancos como Mijas Pueblo, o tardes de golf en campos exclusivos como Valderrama o Los Naranjos.
Incluso, la influencia de eventos como el Starlite Festival en Marbella—que trae cada verano a artistas internacionales y nacionales como Alejandro Sanz o David Bisbal—añade un plus: conciertos bajo las estrellas que pueden ser el escenario perfecto para fortalecer lazos. O el mercado navideño de Puerto Banús, con sus lucecitas y ambiente festivo que invita a pasear cogidos de la mano.
De todas formas, lo importante es esa generosidad mutua, esa hospitalidad que en España se lleva en la sangre. Como en las tertulias de Cádiz donde se habla alto y se gesticula con pasión, o en las charlas eternas de sobremesa en Córdoba donde el tiempo parece detenerse. En Marbella, esa calidez se traduce en atención a los detalles: recordar que a ella le gusta el vino blanco de Málaga, o que él prefiere el jamón de Jabugo al de Guijuelo.
La discreción como arte en un entorno social intenso
Mira, una cosa es clara: en la Costa del Sol, especialmente en círculos de cierto nivel, todo el mundo conoce a todo el mundo. Benahavís, por ejemplo, es un pueblo pequeño—apenas 7.000 habitantes—donde los restaurantes de alto nivel como Amanhavis o El Gamonal son punto de encuentro habitual. Si vives allí o frecuentas la zona, es probable que te cruces con las mismas caras una y otra vez.
Por eso, la discreción en el sugar dating no es opcional; es fundamental. No se trata de esconderse como si estuvieras haciendo algo malo, sino de respetar la privacidad mutua y evitar situaciones incómodas. A ver, que en España somos muy de besos y abrazos, de presentar a la gente—»mira, esta es Marta, mi…» ¿Mi qué? Ahí es donde la cosa se complica.
El caso es que hay estrategias que funcionan bien. Algunas parejas sugar optan por encontrarse en hoteles discretos fuera del circuito habitual: el Gran Hotel Guadalpín en San Pedro, por ejemplo, o pequeños hoteles boutique en Ojén. Otros prefieren las escapadas a lugares como Nerja, Frigiliana o incluso cruzar a Tánger para un fin de semana diferente—ahí nadie te conoce y puedes ser tú mismo sin miradas indiscretas.
También ayuda mucho establecer desde el principio qué nivel de visibilidad quiere cada uno. ¿Está bien subir fotos juntos a redes sociales? ¿Cómo os presentáis si coincidís con conocidos? ¿Quedáis en sitios públicos o preferís la privacidad? Estas conversaciones, aunque puedan parecer incómodas al principio, evitan malentendidos posteriores.
La verdad es que, en plataformas como Sugar Daddy Planet, muchos usuarios de Marbella valoran especialmente los perfiles que dejan clara su preferencia por la discreción. No es algo raro ni sospechoso; es simplemente proteger tu privacidad en un entorno donde la reputación importa, especialmente si tienes un negocio local, familia en la zona o simplemente valoras tu tranquilidad.
Eso sí, discreción no significa frialdad. Puedes ser cercano, afectuoso y auténtico mientras mantienes ciertos límites razonables. Al fin y al cabo, esa es la esencia del sugar dating bien entendido: relaciones adultas, consensuadas y respetuosas donde ambas partes ganan.
Los mejores planes sugar en la Costa del Sol más allá de lo obvio
Vale, todos conocemos Puerto Banús, el Marbella Club y los sitios de postal. Pero si realmente quieres impresionar y crear recuerdos auténticos en una relación sugar, hay que ir un poco más allá. Aquí van algunas ideas que combinan ese lujo característico de la zona con experiencias más personales y memorables.
Para empezar, considera una escapada a Istán, ese pueblo blanco a media hora de Marbella conocido como «el manantial de la Costa del Sol». Puedes comer en Casa Paco o Casa Salvador—cocina casera impresionante, precios razonables—y luego dar un paseo por sus calles estrechas y su embalse. Es sencillo, pero tiene ese encanto auténtico que no se compra con dinero.
O qué tal una ruta del vino por Ronda. Visitar bodegas como Bodega Descalzos Viejos o Bodega F. Schatz, con cata incluida y vistas a los viñedos, es una experiencia perfecta para una tarde de finales de otoño o primavera. Luego puedes cenar en Bardal, uno de los restaurantes con estrella Michelin más accesibles de Andalucía, con vistas al Tajo de Ronda que te dejan sin palabras.
Si buscas algo más activo, el senderismo por la Sierra de las Nieves—ahora Parque Nacional—ofrece rutas increíbles como la del Torrecilla o los Quejigales. Puede que no suene muy «sugar», pero créeme: después de una mañana caminando entre pinsapos centenarios, un almuerzo en El Refugio de Juanar y una tarde de spa en algún hotel de lujo se disfruta el triple.
Para los amantes del mar, alquilar un barco privado con patrón (sin necesidad de yate de 20 metros) para recorrer la costa hasta La Herradura o las calas de Nerja es un plan perfecto. Parada para bañarse, comer en algún chiringuito accesible solo por mar como El Pirata en Cabopino, y vuelta al atardecer. Romántico, exclusivo y sin necesidad de gastar una barbaridad.
Y si te va el rollo cultural, Málaga capital está a 45 minutos y ofrece una escena artística brutal: el Museo Picasso, el CAC (Centro de Arte Contemporáneo), el Museo Carmen Thyssen… Puedes combinar la visita con tapas en El Pimpi, cañas en La Recova o una cena en José Carlos García, con estrella Michelin y vistas al puerto de Málaga.
Total, que Marbella y Puerto Banús son la base perfecta, pero la Costa del Sol da para mucho más allá de los clichés. Las mejores relaciones sugar son las que combinan el lujo con la autenticidad, y esta zona te permite ambas cosas sin problema.
El perfil del sugar dating en la Costa del Sol: ¿quién busca qué?
Bueno, vamos a hablar claro de quién frecuenta el mundo sugar en esta zona, porque tiene sus particularidades respecto a otras partes de España. No es lo mismo el sugar dating en Madrid, donde predominan empresarios y profesionales liberales españoles, que en Marbella, donde el perfil es mucho más internacional y variado.
Del lado de los sugar daddies, encontramos básicamente tres perfiles. Primero, empresarios españoles con negocios en la zona—promotores inmobiliarios, dueños de restaurantes y clubs, empresarios del sector servicios—que viven aquí todo el año o tienen segunda residencia. Gente con patrimonio consolidado que valora la discreción y busca compañía de calidad sin complicaciones sentimentales típicas de relaciones convencionales.
Segundo, extranjeros residentes: británicos, alemanes, suecos, holandeses que se han instalado en la Costa del Sol, muchos jubilados anticipadamente o con negocios online. Este grupo suele ser más abierto y directo en sus planteamientos, menos dados al «qué dirán» español, y suelen buscar relaciones más relajadas y espontáneas.
Y tercero, visitantes frecuentes: empresarios internacionales—especialmente de países árabes, Rusia y Reino Unido—que pasan temporadas en Marbella. Este grupo busca compañía durante sus estancias, conocen bien la zona y suelen ser generosos, aunque evidentemente las relaciones son más limitadas en el tiempo.
Del lado de las sugar babies, el perfil también es variado. Hay universitarias de Málaga y Granada que se acercan a la Costa del Sol en busca de estas oportunidades, conscientes de que aquí el poder adquisitivo es superior. También profesionales jóvenes—marketing, diseño, sector inmobiliario—que ven el sugar dating como un complemento económico que les permite mantener un nivel de vida alto en una zona cara.
Y no olvidemos el perfil internacional: chicas de Europa del Este, Latinoamérica o de otras partes de Europa que vienen expresamente a la Costa del Sol atraídas por su reputación. Algunas residen aquí, otras vienen temporalmente, pero todas buscan aprovechar el ambiente próspero de la zona.
Lo interesante es que, a diferencia de otras zonas de España donde el sugar dating todavía tiene cierto estigma, aquí se vive con más naturalidad. El ambiente internacional y la cultura del lujo normalizan estas dinámicas, haciendo que tanto hombres como mujeres se sientan más cómodos explorándolas abiertamente.
Aspectos prácticos: alojamiento, transporte y logística
Vale, hablemos de cosas prácticas, porque el sugar dating en Marbella tiene sus peculiaridades logísticas. No es como en Madrid donde todo está a un metro de distancia; aquí las distancias son mayores y necesitas planificar un poco.
Primero, el alojamiento. Si eres sugar daddy y quieres quedar con alguien de forma discreta, los hoteles son tu mejor opción. El Marbella Club, el Puente Romano, el Gran Meliá Don Pepe… todos ofrecen privacidad absoluta y personal acostumbrado a la discreción. Son caros—estamos hablando de 300-600 euros la noche—, pero garantizan comodidad y cero complicaciones.
Si buscas algo más íntimo y menos institucional, los apartamentos de alquiler vacacional en zonas como Nueva Andalucía o La Milla de Oro pueden ser perfectos. Tienes más privacidad, puedes cocinar juntos si os va ese rollo, y el precio suele ser más razonable—entre 150-300 euros la noche dependiendo de la temporada.
Segundo, el transporte. En la Costa del Sol el coche es fundamental. Las distancias entre sitios parecen cortas en el mapa, pero el tráfico en verano es infernal y los taxis caros—un trayecto de Marbella centro a Puerto Banús puede salir por 20-25 euros. Si vas a pasar varios días, alquilar un coche tiene sentido. Y si quieres impresionar, empresas como Luxury Cars Marbella alquilan desde Mercedes hasta Ferraris por días—caro pero efectivo si buscas ese toque extra.
Tercero, la estacionalidad. Marbella en agosto es un infierno: lleno hasta la bandera, precios disparados, imposible aparcar, reservas con semanas de antelación. Para sugar dating, los mejores meses son mayo-junio y septiembre-octubre: buen tiempo, menos gente, precios más razonables. El invierno también tiene su encanto—temperaturas suaves, tranquilidad, precios bajos—pero obviamente pierdes el componente playa.
Y cuarto, la conectividad. El aeropuerto de Málaga está a 45 minutos de Marbella, con conexiones directas a toda Europa. Si vienes de Madrid, el AVE hasta Málaga y luego coche de alquiler o transfer privado es lo más cómodo. Esto facilita enormemente las relaciones sugar con gente de otras ciudades—puedes venir el viernes tarde, pasar el fin de semana y volver el domingo sin complicaciones.
Preguntas frecuentes sobre sugar dating en Marbella y Puerto Banús
Sí y no. Marbella es excelente si ya tienes experiencia o al menos claridad sobre lo que buscas, porque el nivel económico y las expectativas suelen ser más altos que en otras ciudades españolas. Si estás empezando, puede resultar intimidante. Quizá sea mejor comenzar en tu ciudad de residencia, donde te muevas con más comodidad, y una vez que tengas clara la dinámica, explorar destinos como Marbella. Dicho esto, el ambiente internacional y la normalización del lujo hacen que sea más fácil sentirse cómodo con este tipo de relaciones que en ciudades más conservadoras.
Depende completamente del estilo de relación y frecuencia de encuentros. Una cena en un buen restaurante puede oscilar entre 100-200 euros, un hotel de lujo entre 300-600 euros la noche, actividades como alquiler de barco desde 500 euros el día… Si nos ponemos a sumar, un fin de semana completo puede superar fácilmente los 1.500-2.000 euros solo en experiencias compartidas, sin contar otros aspectos del acuerdo. Por eso es fundamental establecer expectativas claras desde el principio y no comprometerse a un estilo de vida que no puedas mantener de forma sostenible.
Las principales diferencias son el ritmo, el ambiente y el perfil de los participantes. Madrid y Barcelona son ciudades grandes donde el sugar dating se integra en la vida urbana—cenas después del trabajo, eventos culturales, vida nocturna intensa. Marbella, en cambio, tiene un aire más vacacional y relajado, con más énfasis en experiencias de lujo mediterráneo: yates, playas, golf, restaurantes con vistas al mar. Además, Marbella atrae un perfil más internacional y, en general, con mayor poder adquisitivo. Las expectativas económicas suelen ser más elevadas, pero también la calidad de las experiencias compartidas.
Tan seguro como en cualquier otra ciudad, siempre que tomes las precauciones habituales. Usa plataformas reconocidas, verifica perfiles antes de quedar, haz videollamadas previas si es posible, queda siempre en lugares públicos las primeras veces, y comunica a alguien de confianza dónde vas a estar. El hecho de que Marbella sea una ciudad con mucho turismo y ambiente internacional puede ser una ventaja para la discreción, pero también requiere más precaución al verificar la autenticidad de los perfiles. No te fíes de promesas demasiado buenas para ser verdad y mantén siempre el sentido común.
Depende de lo que busques. Para ambiente vibrante, verano (junio-septiembre) es la temporada alta: más gente, más eventos, más opciones, pero también más caro y masificado. Para quienes prefieren tranquilidad y exclusividad, primavera (abril-mayo) y otoño (septiembre-octubre) son ideales: buen tiempo, menos turistas, precios más razonables. El invierno (noviembre-marzo) también tiene su encanto si buscas intimidad y discreción, con temperaturas suaves que permiten disfrutar de terrazas y actividades al aire libre que en otras ciudades españolas serían impensables en esa época.
Conclusión: Marbella como destino sugar por excelencia
En definitiva, Marbella y Puerto Banús no son solo destinos de lujo; son experiencias que elevan el sugar dating a otro nivel, integrándolo en el tapiz cultural andaluz de una forma que pocas ciudades pueden igualar. Aquí, el lujo se encuentra con la calidez humana mediterránea, creando conexiones que van más allá de lo superficial y que perduran en el tiempo.
Lo que hace especial a esta zona para el sugar dating no es solo el dinero que circula o los yates amarrados en el puerto. Es esa combinación única de clima privilegiado, ambiente internacional, diversidad de experiencias y, sobre todo, esa actitud sureña de disfrutar del momento sin juzgar ni complicarse la vida innecesariamente.
El caso es que, si estás considerando explorar el mundo del sugar dating en un entorno que lo facilite de forma natural, elegante y sin tanto drama, la Costa del Sol debería estar en tu lista. Ya seas sugar daddy buscando compañía sofisticada en un marco incomparable, o sugar baby queriendo acceder a un estilo de vida que combine lujo con autenticidad, Marbella ofrece todo lo necesario para que estas relaciones florezcan.
Y bueno, desde esta terraza sevillana, mientras el sol empieza a bajar y la ciudad se prepara para otra noche mágica, no puedo más que brindar por las posibilidades que lugares como Marbella ofrecen. Por las conexiones auténticas, por el lujo bien entendido, y por esa libertad de vivir las relaciones como mejor nos parezca, sin que nadie nos diga cómo tenemos que hacerlo.
Salud, y que viva el sur.

